
Otro domingo de bici de montaña. Madrugada importante con mucha niebla en Figueres, que en menos de lo que canta un gallo se ha ido levantando y se ha desplazado hacia el norte, dejándonos la carretera limpia hasta Banyoles.
Carlos y yo hemos llegado a punto para aparcar los coches e inscribirnos en la carrera bajo un sol radiante y con amenaza de altas temperaturas. Por suerte la comarca del Pla de l’Estany siempre garantiza buenas sombras. La salida se ha dado mediante chupinazo a las nueve en punto de la mañana y había bastantes inscritos.
Hemos salido con calma puesto que no habíamos calentado, poniendo el plato pequeño ya desde el principio y piñones pequeños para empezar a calentar motores. Durante los cinco primeros kilómetros lo de siempre mucha gente que te adelanta en bajadas y poca cosa puedes hacer en las subidas debido a alto número de participantes y lo estrecho de los caminos. En muchos casos los caminos se reducen simplemente a dos rodadas con hierba, pisada de varias decenas de bicis que encabezan la carrera, y en medio hierbas altas, todavía húmedas del frío de la noche por donde nadie se atreve a ir no sea que se le vaya una rueda por un lado y la otra por el otro lado y acabe con los huesos en el suelo.
Poco a poco hemos ido cogiendo ritmo y hemos creado un grupetto en el que siempre tirábamos nosotros dos de subida, de bajada Carlos sigue siendo demasiado conservador y esto nos baja la media.
Yo me he sentido muy bien toda la carrera, el ritmo era un poco más suave que el otro día en la carrera de Melianta, además, no me había dado una paliza el día anterior y esta semana sólo he corrido, no he hecho nada de spinning, con lo que mis piernas estaban un muy descongestionadas.
El perfil de la carrera era bastante rompe piernas, pero muy rápido y divertido y sólo requería un poco de técnica y valor en alguna de las bajaditas que se hacían por los senderos escondidos en los bosquecillos derrapando con la rueda delantera, tirando el culo muy atrás e intentado frenar lo justo con la rueda delantera para no volcar.
Quizás en algunos tramos estaba un poco mal indicado pero nada que no se haya podido resolver inmediatamente.
Al final el cuenta kilómetros marcaba 40 kilómetros justos que hemos completado en casi tres horas.
Carlos y yo hemos llegado a punto para aparcar los coches e inscribirnos en la carrera bajo un sol radiante y con amenaza de altas temperaturas. Por suerte la comarca del Pla de l’Estany siempre garantiza buenas sombras. La salida se ha dado mediante chupinazo a las nueve en punto de la mañana y había bastantes inscritos.
Hemos salido con calma puesto que no habíamos calentado, poniendo el plato pequeño ya desde el principio y piñones pequeños para empezar a calentar motores. Durante los cinco primeros kilómetros lo de siempre mucha gente que te adelanta en bajadas y poca cosa puedes hacer en las subidas debido a alto número de participantes y lo estrecho de los caminos. En muchos casos los caminos se reducen simplemente a dos rodadas con hierba, pisada de varias decenas de bicis que encabezan la carrera, y en medio hierbas altas, todavía húmedas del frío de la noche por donde nadie se atreve a ir no sea que se le vaya una rueda por un lado y la otra por el otro lado y acabe con los huesos en el suelo.
Poco a poco hemos ido cogiendo ritmo y hemos creado un grupetto en el que siempre tirábamos nosotros dos de subida, de bajada Carlos sigue siendo demasiado conservador y esto nos baja la media.
Yo me he sentido muy bien toda la carrera, el ritmo era un poco más suave que el otro día en la carrera de Melianta, además, no me había dado una paliza el día anterior y esta semana sólo he corrido, no he hecho nada de spinning, con lo que mis piernas estaban un muy descongestionadas.
El perfil de la carrera era bastante rompe piernas, pero muy rápido y divertido y sólo requería un poco de técnica y valor en alguna de las bajaditas que se hacían por los senderos escondidos en los bosquecillos derrapando con la rueda delantera, tirando el culo muy atrás e intentado frenar lo justo con la rueda delantera para no volcar.
Quizás en algunos tramos estaba un poco mal indicado pero nada que no se haya podido resolver inmediatamente.
Al final el cuenta kilómetros marcaba 40 kilómetros justos que hemos completado en casi tres horas.
Las lluvias ya han pasado hace días y los charcos no han sido un gran problema esta vez, pero se ha notado como la maleza a aumentado su volumen, cosa que ha hecho aumentar el número de rasguños en nuestrras extremidades y algún disgusto que otro en la ropa nueva que estrenava hoy. Con un buen parche yo creo que no se notará el pedazo de siete que se me ha abierto en el maillot.
A la llegada nos estaban esperando con unos bocadillos de butifarra, aunque estas butifarras las tenían más controladas y solo nos hemos podido comer una por barba.
Esta semana que viene es el súper puente de mayo, a Figueres van a subir mi primo Charles con su flamante nueva bici, su colega Lalo y Carlos vendrá el jueves y el viernes en plan serpa para llevarnos los bocatas y el agua. El objetivo es hacer una salida por día y el sábado por la tarde morir en un balneario, por supuesto habrá que visitar alguno demis restaurantes preferidos.
Por supuesto haré una entrada o varias explicando lo que ha dado de si el fin de semana con mi primo Charles.
A la llegada nos estaban esperando con unos bocadillos de butifarra, aunque estas butifarras las tenían más controladas y solo nos hemos podido comer una por barba.
Esta semana que viene es el súper puente de mayo, a Figueres van a subir mi primo Charles con su flamante nueva bici, su colega Lalo y Carlos vendrá el jueves y el viernes en plan serpa para llevarnos los bocatas y el agua. El objetivo es hacer una salida por día y el sábado por la tarde morir en un balneario, por supuesto habrá que visitar alguno demis restaurantes preferidos.
Por supuesto haré una entrada o varias explicando lo que ha dado de si el fin de semana con mi primo Charles.