Para el día 7 de julio de 2007, un día antes de mi cumple, he decidido empezar mi carrera hacia el Iron Man o al menos para un mísero triatlón.
A sabiendas que dichas proezas no llueven del cielo y que no voy a doparme cual Bjarnes Riis o Marco Pantani de turno, he decidido marcarme una serie de hitos, tanto en bici como natación y carreras de fondo.
Nunca he corrido carreras oficiales de ciclismo y la carrera del 7 de julio próximo es la primera. La organiza el Club Ciclista de Banyoles. Consta de dos recorridos posibles. Yo he decidido inscribirme en el más largo, 146 kilómetros.
Así que ayer decidí coger mi bici y explorar el terreno. Salí desde el Estany de Banyoles, para calentar. Di una vuelta por el carril bici que rodea la totalidad del lago. Una vez rodeado decidí empezar la ruta. La carrera se hace enteramente por carretera, pero opté por desviarme del recorrido oficial y visitar el cráter del volcán de Santa Margarida, paraje ya conocido de pequeño, aunque tenía un recuerdo muy vago.
Oficialmente no se puede ir con bicicleta dentro del parque pero siendo lunes no había ni el Tato vigilando y por supuesto ya me encargaría yo de hacerme el sueco ante un guarda forestal. No he necesitado excusas baratas. En cualquier caso la fuerza de la gravedad impide en muchos de los tramos del volcán andar en bicicleta. La rueda de detrás patina mientras subes. La bajada es otra cosa.
Después de comer en el cráter he iniciado el descenso hacia Olot y después he continuado a Castellfollit de la Roca. Me he tomado otro respiro y he contemplado la vista antes de regresar a Banyoles.
He evitado la ascensión al Alt de Segueró para ahorrar esfuerzos y ser alcanzado por el tormentón que se oía venir desde Oix, una vez en Banyoles (ya muy cascado) he empezado a ascender el Rocacorba, ascensión que parece ser orgullo de los amantes al ciclismo locales.
Encaraba la ascensión a eso de las cuatro y media de la tarde, son unos 15 kilómetros aproximadamente con tramos de fuerte pendiente. La carretera estaba vacía y sólo se oía la tormenta que llegaba inexorable. He cambiado a plato de 22 y he comenzado a jugar con los piñones medios y pequeños. Ya estoy bastante cascao como para tirar con el plato de 32. Desde luego, puedo irme olvidando de utilizar la bici de carretera para hacer esta carrera. Eso si, le tendré que poner cubiertas lisas por que al final te cansas de oír el zumbido de las cubiertas de tacos.
Sigamos la ascensión a Rocacorba. Los tres primeros kilómetros son de broma, pim pam, con la calma. Pero a partir del cuarto la cosa se pone seria y después (no se exactamente cuando) se pone muy feo.
Durante tres kilómetros, el desnivel medio es del 10%. Con 100 km a tus espaldas y siendo un amateur como yo, no te queda más remedio que poner platito de 22 y la corona. A todo esto, la lluvia llegó. Un tío con bici de carrera me pasa enciscao con un plato de 42 sin despeinarse, lo pierdo de vista en pocos segundos, menudo animal.
La lluvia me empieza a empapar y se me acaba el agua. Paro, doy el último trago, respiro hondo varias veces y espero a que el corazón baje de pulsaciones, debo de estar a 160 pulsaciones por minuto y totalmente destrozado, todavía quedan 2,80 kilómetros que pueden suponer una hora más, imposible, me puede dar algo. Rocacorba 1 - Pablo 0.
Me abrigo y bajo mientras llueve a mala leche. Dejo la lluvia a mis espaldas y me da tiempo de llegar al Estany justo a tiempo para sentarme en una terraza con toldo, óptimo para resguardarme de la lluvia, que ahora si que ha llegado a Banyoles. Estoy solo en la terraza. Supongo que normalmente está llena de jubilados franceses tomando Ricard o Pastis. Yo me pido una terrina de helado de turrón con nata, café con leche y copita de Porto, previa explicación al camarero lo que es un Porto. Antojos de aficionado al ciclismo. Vuelvo al coche y despés de varios cd's en el coche y tragarme un señor atasco, llego a casa donde me espera mi sofá. Ni me ducho de lo matao que estoy.
Nunca he corrido carreras oficiales de ciclismo y la carrera del 7 de julio próximo es la primera. La organiza el Club Ciclista de Banyoles. Consta de dos recorridos posibles. Yo he decidido inscribirme en el más largo, 146 kilómetros.
Así que ayer decidí coger mi bici y explorar el terreno. Salí desde el Estany de Banyoles, para calentar. Di una vuelta por el carril bici que rodea la totalidad del lago. Una vez rodeado decidí empezar la ruta. La carrera se hace enteramente por carretera, pero opté por desviarme del recorrido oficial y visitar el cráter del volcán de Santa Margarida, paraje ya conocido de pequeño, aunque tenía un recuerdo muy vago.
Oficialmente no se puede ir con bicicleta dentro del parque pero siendo lunes no había ni el Tato vigilando y por supuesto ya me encargaría yo de hacerme el sueco ante un guarda forestal. No he necesitado excusas baratas. En cualquier caso la fuerza de la gravedad impide en muchos de los tramos del volcán andar en bicicleta. La rueda de detrás patina mientras subes. La bajada es otra cosa.
Después de comer en el cráter he iniciado el descenso hacia Olot y después he continuado a Castellfollit de la Roca. Me he tomado otro respiro y he contemplado la vista antes de regresar a Banyoles.
He evitado la ascensión al Alt de Segueró para ahorrar esfuerzos y ser alcanzado por el tormentón que se oía venir desde Oix, una vez en Banyoles (ya muy cascado) he empezado a ascender el Rocacorba, ascensión que parece ser orgullo de los amantes al ciclismo locales.
Encaraba la ascensión a eso de las cuatro y media de la tarde, son unos 15 kilómetros aproximadamente con tramos de fuerte pendiente. La carretera estaba vacía y sólo se oía la tormenta que llegaba inexorable. He cambiado a plato de 22 y he comenzado a jugar con los piñones medios y pequeños. Ya estoy bastante cascao como para tirar con el plato de 32. Desde luego, puedo irme olvidando de utilizar la bici de carretera para hacer esta carrera. Eso si, le tendré que poner cubiertas lisas por que al final te cansas de oír el zumbido de las cubiertas de tacos.
Sigamos la ascensión a Rocacorba. Los tres primeros kilómetros son de broma, pim pam, con la calma. Pero a partir del cuarto la cosa se pone seria y después (no se exactamente cuando) se pone muy feo.
Durante tres kilómetros, el desnivel medio es del 10%. Con 100 km a tus espaldas y siendo un amateur como yo, no te queda más remedio que poner platito de 22 y la corona. A todo esto, la lluvia llegó. Un tío con bici de carrera me pasa enciscao con un plato de 42 sin despeinarse, lo pierdo de vista en pocos segundos, menudo animal.
La lluvia me empieza a empapar y se me acaba el agua. Paro, doy el último trago, respiro hondo varias veces y espero a que el corazón baje de pulsaciones, debo de estar a 160 pulsaciones por minuto y totalmente destrozado, todavía quedan 2,80 kilómetros que pueden suponer una hora más, imposible, me puede dar algo. Rocacorba 1 - Pablo 0.
Me abrigo y bajo mientras llueve a mala leche. Dejo la lluvia a mis espaldas y me da tiempo de llegar al Estany justo a tiempo para sentarme en una terraza con toldo, óptimo para resguardarme de la lluvia, que ahora si que ha llegado a Banyoles. Estoy solo en la terraza. Supongo que normalmente está llena de jubilados franceses tomando Ricard o Pastis. Yo me pido una terrina de helado de turrón con nata, café con leche y copita de Porto, previa explicación al camarero lo que es un Porto. Antojos de aficionado al ciclismo. Vuelvo al coche y despés de varios cd's en el coche y tragarme un señor atasco, llego a casa donde me espera mi sofá. Ni me ducho de lo matao que estoy.
4 comentarios:
jooooooooe saben de akel que diu que se hace tota catalunya en baisikol?
asi q te nos haces triatleta? vaya tela... yo el otro día salí a correr por uno de los parkes que hay por aki, pero muy cerca de donde nos vamos a vivir hay un park q la flipas neng. cuando vengas ya verás... la putada es q el lunes me volví a torcer el tobillo y hasta q no me lo cure bien no kiero darle tralla, aunke eso es dificil porke aki siempre nos estamos moviendo... bueno, yo tb te dejo q tengo q lavarme la ropa.
por cierto, difunde tu blog porke es de puta madre, yo me descojono con las cronicas y otras tb están interesantes.
bueno un abrazo nigga
tela de niño que tengo, además de ser un loco de la bici lo bien que escribe. besos
Bueno, se me han puesto los dientes que los voy rozando con el suelo. Esta subida hay que hacerla mano a mano, charlando de la vida y de lo que haga falta. A mediados de agosto, le lío a Manolo y nos presentamos a dar unas pedaladas contigo. Por supuesto ponle ruedas lisas y finas y verás cómo avanzas, además de lo del ruido. El que te pasó, seguro que no llevaba un 42, pero es que con bici de carretera es otra cosa.
Sobretodo no pierdas el apetito.
Abrazos.
subir a lo Riis y Pantani?? Añada usted a esa lista de favoritos, que define a la perfección su escaso gusto por el fair play, a otros grandes de la jeringuilla como Basso, Ulrich, Mayo o el gran Vinokourov...
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