martes, 10 de junio de 2008

L'Aubisque y Marie Blanque


Este fin de semana tocaba darle un buen paseo a la bici de carretera que ahora cumple un año y la tenía un poco abandonada.
Para celebrar su aniversario y puesta de largo nada mejor que llevármela con mi tío Víctor y Manolo a Arudy, cerca de Pau, Pirineos Atlánticos (Francia) a subir un par de puertos míticos: Col de l’Aubisque y el Col de Marie Blanche, ambos incluidos en muchas de las ediciones del Tour.
Llegué a Pau a eso de las ocho de la tarde, Víctor y Manolo me esperaban en Soumoulou, justo en la salida de la autopista. Ya se sabe que esa hora es la propia que los gabachos tienen para cenar, así que fue llegar y entrar casi en el primer restaurante que encontramos en la carretera.
Unos 475 kilómetros casi sin bajar del coche me habían provocado perdida de apetito, así que, después de haber mirado los diferentes menús que ofrecía el restaurante me decante por uno que habían bautizado con el nombre de: “Qui mange du beuf, mange du beuf” algo que en castellano, después de haberle dado vueltas y prescindiendo de la traducción literal, creo que se podría traducir como “Mariconadas, las justas”. Bueno, el menú consistía en una sopita de hortalizas con pasta y después un combinado de varios tipos de platos cuyo denominador común era la carne de buey, esto era: tartar, carne estofada y un pincho moruno de solomillo con patatas y mostaza. Me pareció una buena idea pero quizás faltaba la manera más clásica de concebir el buey dentro de la cocina: el chuletón puro y duro.
Al día siguiente tocaba la ascensión al Aubisque, así que nos fuimos pronto a la cama.

Col de l’Aubisque:

La ascensión a este puerto desde Arudy supone remontar casi entera el Valle d’Ossau en dirección Norte a Sur. Son unos trece kilómetros hasta llegar a Laruns, donde la pendiente comienza la subida rodeada de unos árboles espectaculares que lleva hasta Eaux-Bonnes, una vez allí hay que girar a mano izquierda y continuar la subida hasta Gourette y después no queda otra que enfilar hasta el final de la carretera donde ya totalmente descubierto de vegetación el ciclista se expone al frío viento.

La longitud del trayecto desde Laruns a la cima es de 16,7 kilómetros y calificado por la organización del Tour como HC, Alta Categoría, con una pendiente media del 7,2% y una ascensión vertical (desde Laruns) de 1190 metros. La subida es espectacular y a pesar de lo duro las vistas lo hacen más llevadero. A parte, continuamente vas viendo personas que te bajan embaladas de haber coronado el puerto y grupos de amigos que, como nosotros, han decidido dedicar la mañana a darle a los pedales.
La bajada es trepidante, hay que ir con cuidado por que las curvas estaban muy mojadas y los rebaños de ovejas cruzan la carretera a sus anchas dejando embarrada la calzada y te puedes encontrar a un rebaño con ganas de hacerte una melé espontánea.

Col de Marie Blanque:

Al día siguiente, después de habernos ganado la comida y la cena nos vestimos de luces y nos montamos en las bicis con las piernas un poco más resentidas que el sábado. Para llegar a este puerto se puede subir por la parte que sale desde el Valle d’Ossau o bien por la otra parte que da a Escot, que es la subida con porcentajes más elevados, aunque la más corta, así que siguiendo con el lema “Qui mange du beuf, mange du beuf” escogemos el lado más chungo de los dos.
Para llegar a Escot partimos desde Arudy dirección Saint Christau por una carretera muy bonita totalmente cubierta por los árboles y en la que hace frío pero como es sube y baja continuo nos da para entrar en calor y desentumecer las piernas.
Luego continuamos por la carretera que conduce a la frontera con España y cuando llegamos al desvío de Escot nos paramos a quitarnos la ropa de abrigo para afrontar la temida subida, en ese punto ya llevamos 30 kilómetros
La ascensión tiene 9 kilómetros, cuatro de los cuales se hacen casi sin darte cuenta, pero a partir del quinto ya no hay tregua y los porcentajes medios del los últimos kilómetros son brutales, de 8%, 10%, 13% y 9%, no obstante la calificación de este puerto es de primera categoría. Bastante complicado, pero acabamos superando la prueba.

Luego bajamos por la otra vertiente, una bajada muy bonita de once kilómetros que yo la bajo tumbándome en las curvas, adelantando a los coches, comiéndome una enorme mariposa que choca contra mi cara y disfrutando como un enano, aprovecho que el sol ha secado perfectamente el asfalto para darle caña al plato grande que cuesta moverlo un montón. Una vez abajo espero a Víctor y Manolo que han bajado disfrutando de las vistas y volvemos con calma hasta Arudy donde nos tomamos una Kronenbourg a presión. Luego toca ducha y preparar los bártulos para volver a Figueres después de comer como unos señores.

3 comentarios:

pfp dijo...

Mi enhorabuena como siempre, ¿para cuando el Tour?. Y sobre todo, como has aprovechado las clases de frances, una traducción magnífica... besos mm

Anónimo dijo...

Sólo comentar para lectores no avezados que entre Manolo y Víctor sumaban 119 años y 166 kg.
Por supuesto antes de comer, después de las alcachofas con picadillo y las butifarras, de años seguían igual, pero de kilos ni te cuento

javi duque dijo...

enhorabueena cracks. En especial a Manolo y Víctor que siguen subiendo como campeolones.

para cuando el tourmalet??