miércoles, 6 de enero de 2010

Tough guy or chicken?

La barrita de descarga ya se ha vuelto de color verde, archivo descargado. Compruebo si realmente el contenido coincide con el continente. Parece que no, en el título pone que los concursantes deberían encontrarse en Ecuador y esas arenas blancas y aguas cristalinas tienen que estar muy lejos de los altiplanos andinos ecuatorianos. Este es el sexto capítulo, el de las Bahamas y los tiburones. Mientras se descargan los demás capítulos iré viendo este. A ver que tal.

Hace tiempo mi hermano me recomendó que me tragase una de las nuevas producciones realizadas por la BBC en 2009 y emitida por BBC Three: “Tough guy or chicken?”, literalmente ¿Tipo duro o pollo?

El programa viene a ser una mezcla de “El último superviviente” del controvertido Bear Grylls de la Discovery, “Pekin Express” de Cuatro, “Desafío Extremo” de Jesús Calleja en Cuatro, “Last Man Standing” de la BBC/Discovery o algunos documentales de la National Geographic.
Orientada hacia un segmento de telespectadores ávidos de abandonar sus aburridas rutinas tipo anuncio de San Miguel: de casa a la oficina, de la oficina al gimnasio, del gimnasio a tomar unas cervezas con los colegas y de las cervezas a casa. La serie trata de cinco chicos británicos de 21 a 26 años que deberán superar, durante cuatro meses, seis pruebas repartidas por los altiplanos de los Andes del Ecuador, la estepa helada de Siberia, los Cenotes sumergidos de la península del Yucatán en México, la selva amazónica de Brasil, la árida sabana de Namibia, las aguas cristalinas del Caribe en las Bahamas, convivir con encantadores de serpientes en Bangladesh y una peregrinación con los monjes Yamabushi de Japón.

Todas las pruebas tienen un objetivo en común, superar un reto en seis días. En el Ecuador deberán convertirse en Chagras, vaqueros andinos, en Siberia cambiarán los toros por renos, en México tratarán de aprender a ser arqueólogos submarinos, en el Amazonas sufrirán los rigores del particular rito de madurez de un chaman amazónico, en Namibia irán de caza tradicional con la tribu de los Ju-Wasi, en las Bahamas aprenderán a domar tiburones en libertad, en Bangladesh encantarán serpientes y definitivamente completar una peregrinación con una secta budista Yamabushi de Japón. Y cada maestrillo tiene su librillo.

Además, no todos los participantes valen lo mismo para todas las pruebas.
Los participantes son bastante variopintos: Reuben, un rubio con dreadlocks al que presentan como un new age traveller (concepto que ni tan siquiera él parece tener muy claro tal y como lo describe en el 2º episodio), amante de la naturaleza y deportes de montaña;

Ben, vegetariano, sin más, será el más débil, el que peor se adapte a todo empezando por la comida, tengamos en cuenta que el concepto vegetariano es moderno y poco entendido en regiones subdesarrolladas en las que el sacrificio de un animal es un rito casi sagrado; Nick, artista multidisciplinar, baila, dibuja y, tal y como él dice, piensa; Ross, el atleta del grupo, un saco de músculos con sentido del humor con un solo problema de adaptación: su fervor religioso le impide seguir los ritos de iniciación de la secta Yamabushi y por último Easton, un bombero de Londres que quiere demostrar a su hijo pequeño que en la vida puede hacer todo lo que se proponga, todo pundonor, sin duda uno de los más grandes aunque susdeficiencias natatorias le impedirán luchar por los primeros lugares.


El principal obstáculo de los participantes es el de la adaptación a entornos culturales, climatológicos, gastronómicos y paisajes totalmente ajenos a los que están acostumbrados. A pesar que el proceso de casting de la serie no se nos ha mostrado en el programa no me cabe duda que ha tenido que ser bastante riguroso. Me acordé de los test psicotécnicos que se tienen que pasar si quieres ser becario del ICEX, cientos y cientos de preguntas que vienen a escudriñar tu subconsciente en busca de cualquier tipo de intolerancia hacia lo diferente. Y digo esto porque los cinco participantes, salvo en pequeños detalles (el vegetariano, el religioso y el que no sabe nadar) me han parecido cinco tipos totalmente abiertos hacia lo desconocido, tipos que con el paso de las pruebas han aprendido prueba tras prueba a respetar a sus maestros y adaptarse al entorno de turno.


Cada uno de los participantes ha mostrado sus fortalezas y sus debilidades, pero no cabe duda que el más débil, desde el principio, haya sido Ben. Vegetariano, el más joven y quizás cauto en demasía. No obstante y quizás contra todo pronóstico la única prueba que consigue superar es una de las más duras, la de Namibia. Una prueba en la que beberán y comerán casi la misma cantidad que la que beben sus maestros y guias, o sea, muy poquita.

Nick, el artista ha sido el más completo. Ross, el atleta abandona por sus creencias religiosas la peregrinación de los Yamabushi en Japón ¿intransigencia?
Reuben, el viajero no está acostumbrado a la autoridad, y tanto en las Bahamas como en México y Ecuador tiene que ser advertido por los tutores, no obstante su determinación y fuerza deslumbran al ganadero de renos en Siberia.


Y Easton, el Bombero, es él más espiritual de todos, es el único que logra cazar una serpiente en Bangladesh, el pupilo preferido del chamán en el Amazonas y uno de los finalistas en Japón, de no ser por sus deficiencias natatorias estoy seguro que hubiese superado la prueba de los tiburones.
La figura del maestro es vital en este programa, actúa tanto de juez como maestro y árbitro a la vez. El maestro cambia en cada una de las pruebas. Según la voz de la narradora nuestros participantes siempre cuentan con los mejores maestros. No sé si será la verdad, supongo que se pueden encontrar a muchos pero claro está que son maestros excepcionales: así en Ecuador, un experimentado vaquero chagra de una hacienda Andina que está por poca tontería y no tolera ni una subida de tono, en Siberia un granjero de renos con tantos huevos que se comería sus pelotas y pediría otra ración, en México acatarán las ordenes de un profesor de submarinismo especializado en espeleología submarina y de una profesora de la Universidad de México e investigadora de arqueología submarina, en el Amazonas obedecerán a un Chaman que les obligará a luchar contra sus propios miedos a través de potentes drogas, en la sabana de Namibia su líder será un cazador tradicional, en las Bahamas obedecerán a un biólogo marino especializado en tiburones y su asistenta, Christine, una auténtica sargento de hierro y por último seguirán un sacerdote de la secta Yamabushi.

Habiendo visto los capítulos de TGOC se me ocurren varias preguntas:
¿Hasta qué punto “Tough Guy Or Chicken?” es un experimento o resultado de un experimento? Me parece evidente que este programa es una mezcla de la materialización de algún estudio sociológico sobre viajeros que ha caído en las manos de algún guionista espabilado de la BBC junto con un estudio de marketing de empresas de viaje de aventuras. Siendo los cinco chavales claros estereotipos de viajeros: el reflexivo, el visceral, el miedoso, el espiritual, y el solitario.
¿Es un programa educativo o competitivo? que cada uno se lo tome como quiera. Personalmente opino que la BBC ha sabido escoger bastante bien los valores que todo buen viajero debe de tener para considerarse un auténtico viajero: respeto a la naturaleza, a las costumbres ajenas, a las religiones, culturas, costumbres, ritos, las creencias de los habitantes, adaptación al medio. Por que ¿qué es un viajero? Se puede considerar a los tíos de “Pekín Express” auténticos viajeros, tengamos en cuenta que un viajero no tiene por que competir por nada, no tiene ningún sentido darse tortazos y discutir para llegar el primero a un lugar al que ya han llegado antes muchos otros. De hecho en este programa no gana el que llega antes, Reuben es expulsado en una prueba, la de Ecuador, por adelantarse al resto del grupo. Es, más bien, una carrera de: ¡¡A ver quien llega más lejos y le echa más narices al asunto!!

Entre los concursantes existe un gran respeto y admiración mutua, son una especie de equipo, con espíritu de superación conjunta. Sólo existe un pequeño roce entre Easton y Nick que desaparece en el último capítulo. Si este programa me ha enganchado también ha sido gracias al sexto episodio, el de las Bahamas, que fue el primero que vi. En este episodio descubrimos (en realidad ya lo descubrimos en el tercero, el de los Cenotes del Yucatán) que Easton, el bombero, a duras penas sabe nadar. El tutor, les manda nadar hasta una boya alejada unos cientos de metros de la orilla y les pide que vayan y vuelvan. Lo que me sorprendió es que los chicos, lejos de abandonar a Easton en la orilla, deciden acompañarle durante todo el trayecto, dándole ánimos continuos y felicitándole al final de la prueba. No deja de sorprenderme que hoy en día se destaquen de manera tan sutil y bonita (¡En un programa de televisión de la BBC!) valores como el compañerismo, la amistad y la superación.

Sólo me queda unas dudas: ¿produciendo programas como este se consiguen altos índices de audiencia? El tiempo nos lo dirá. ¿De que nos sirve un super televisor de 48” si lo que nos sirven los canales de televisión es básicamente telebasura? Prefiero el modelo de la BBC al de TVE.

Primera gran diferencia: la financiación. En la BBC no dependen de los ingresos de la publicidad, así que sus ingresos provienen de una tasa específica llamada “Licence Fee”, tasa que se paga específicamente por aquellos que tienen uno o más aparatos de televisión en su casa. TVE depende, todavía hoy y de qué manera, de los ingresos de la publicidad y de los presupuestos generales del Estado, es decir, todos nosotros, tengamos o no televisión, o veamos o no TVE la financiamos a través de los impuestos que pagamos. Es decir, TVE es menos competitiva, dinámica, eficiente y eficaz en sus propósitos que la BBC.

La segunda diferencia entre la BBC y la TVE: sus órganos decisorios. Tanto la legislación española como la británica exigen que sendos Consejos de Administración de las respectivas cadenas sean lo más independientes posible de los gobiernos de turno. No obstante, órgano superior de la BBC, BBC Trust, vendría ser una especie de Junta de Accionistas que ve diluido su poder a través de otro órgano intermedio, la Comisión Ejecutiva, Executive Board. Mientras que el Consejo de Administración de TVE es el órgano ejecutivo supremo de la TVE y denomina directamente al director General de la empresa.

La tercera diferencia es que BBC da igual representatividad a todas sus naciones en el Trust, así Irlanda del Norte, Gales, Escocia e Inglaterra están igualmente representadas mediante administradores de esas naciones, así mismo la BBC tiene divisiones nacionales en cada una de sus naciones. TVE, por supuesto, administradores de todas las regiones y comunidades pero no representan explícitamente los intereses de esta, es decir sus funciones están al margen de su origen. TVE sólo tiene una división regional: TVE de Catalunya.

Otra diferencia es la transparencia y responsabilidad con respecto a sus contribuyentes. La Licence Fee materializa todavía más el derecho que tienen los televidentes a recibir información detallada de los destinos de sus fondeos. En definitiva, la BBC es un servicio público garantizado que tiene mucho más en cuenta y mejor definido a su público objetivo. Si en Inglaterra no te crees o no te fias del órgano supremo (de ahí la palabra Trust, que significa confiar), elegido por indicación de los Ministros y de su Majestad la Reina sólo tienes que dejar de pagar, eso sí, tampoco tendrás derecho a ver esas cadenas.

Todo parece indicar, según se extrae de la nueva Ley de financiación de la Corporación de rTVE que el organismo se seguirá financiando en su mayoría de los presupuestos Generales del Estado, por lo tanto continuará el problema de la financiación indiscriminada por parte de todos los habitantes de España, independientemente que vean o no TVE. Además aparecerán polémicos nuevos cánones que se repercutirán a las empresas de radio y teledifusión privados. Es decir, la competencia financiará a la mayor competidora, ¿en qué mercado se ha visto esto? Además, TVE excluirá a otras cadenas competidoras de pujas por los derechos de teledifusión de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos además de asegurarse un 10% de las subastas y concursos por derechos de emisión de otros grandes eventos.

Otra vez más, como en el caso de la Ley antitabaco, me parece una solución intermedia y chapucera que no acaba de cuajar y que se verá desfasada en poco tiempo dando pie a que otro Gobierno proponga otra nueva propuesta de Ley.