jueves, 28 de junio de 2007

BeeGees en la noche catalana




Hoy en el hotel se celebra la noche catalana. Las chicas de recepción y las camareras van vestidas de pubilles y los camareros y recepcionistas van vestidos como el caganer, con barretina y todo. En fin, si fuese trabajador de este hotel esperaría recibir una especie de compensación incluida en nómina en concepto de "hacer el ridículo al menos un par de días a la semana". Lo digo por que hay otra noche en la que chicos y chicas asalariados visten con trajes mexicanos. ¿A qué carajo juegan estos tíos? El colmo de todo esto es que hoy, en vez de bailar la sardana, los clientes del hotel se divierten bailando con un trio de capullos que son clones de los BeeGees, horrrrriiiiiiible. Algunos habrán llegado a la patética conclusión que los BeeGees eran catalanes y que el pan con tomate ataca a la glotis fulminantemente y provoca que tu voz se asemeje al maullido de un gato descojonado.


Si es cierto que el marketing busca incrementar ventas y todas las acciones de una empresa están dirigidas a maximizar sus ingresos, supongo que esta mezcla de barretina con gatos castratti debe estar justificada por un lleno al 100% de junio a septiembre. Si no es así, por favor que despidan al encargado de eventos del hotel. Pero la gente aplaude bastante la versión de "stayin' alive"


Hoy hemos estado analizando los posibles actos promocionales a llevar acabo en la empresa para la creación de la comunidad de usuarios y si alguien me propone capulladas de este tipo lo capo.


Lo que pasa en este hotel dista mucho de nuestras realidades cotidianas. Por ejemplo, ¿como puede ser que los guiris a las 8:00 estén todos haciendo cola en el comedor del hotel para ser los primeros en servirse cuatro huevos fritos con medio kilo de bacon? Pero si están de vacaciones. Yo bajo sobre las 8:30 y se supone que estoy aquí currando. Y si me dices: " no, es que hay que aprovechar las horas de sol, que aquí llueve mucho" vale, pero resulta que tenemos luz hasta las 21:30 y, guiri, como te tires todo el rato en la playa tomando el sol te vas a tener que arrancar la piel blancucha recién aterrizada de tierras septentrionales a tiras. Jeje!! Eso duele.


Por otro lado pensaba que Barcelona estaba llena de guiris pero la Costa Brava lo supera. Hay gente que lleva veraneando aquí generaciones y todavía no saben decir ni Bon dia ni pollas en vinagre. No todos, también es cierto. Pero a la mayoría el intercambio cultural le resbala.


Como fotografía, esta vez he escogido una escena de mi trabajo. Se trata de un barca grúa, ingeniería de los años 90 pero del siglo XIX, sin coñas. De esta manera colocamos las boyas de señalización para la bocana de entrada al puerto. Se trata de una grua colocada en la proa de la barca de unos siete metros de eslora con un motorcito fueraborda colocado en la aleta de babor. De tal manera que cuando la grúa levanta pesos como los muertos que anclan a la boya la popa de la barca se levanta tanto que a duras penas la hélice llega a propulsar la barcaza. Con lo que la maniobra de colocar una simple boya es bastante dificultosa. Pero es bonito observarlo. Debe ser semejante a la Almadraba pero en boyas.

lunes, 25 de junio de 2007

Once upon a time in Empuriabrava


Algún iluminado decidió, a mediados de los 60, crear lo que sería la Venecia de la Costa Brava aprovechando parte de los terrenos del parque natural dels Aiguamolls de l'Emporda, en el municipio de Castelló d'Empuries. Esa Venecia es conocida hoy en día como Empuriabrava. Consta de 26 kilómetros de canales con una capacidad para casi 5000 embarcaciones de esloras entre 25 y 8 metros, lo que la convierte en el puerto para embarcaciones deportivas más grande de Europa y en uno de los más grandes del mundo. La gracia de este pueblo es que puedes llegar a tu casa (si tienes el privilegio de tener una casa allí) por tierra o por mar, con lo cual tu casa tiene una parte marina y otra terrestre.
Así la villa puede ser observada desde dos perspectivas totalmente diferentes: desde una barca o desde la calle. Sin embargo todo lo original que es la villa desde el agua, deja de serlo desde la tierra. Aquí la gente vive de cara al canal. Hay que hacer importantes reformas e invertir en nuevas infraestructuras. Pero lo más importante es crear un Comunidad de Usuarios.
Los años sesenta eran otros tiempos, no soy experto en historia del derecho ni tan siquiera en derecho, pero mucho me temo que el concepto de propiedad en la década de los sesenta era totalmente diferente al de hoy. La náutica deportiva por aquel entonces era un deporte minoritario y exclusivo. Hoy en día, por mucho que algunos se empeñen ya no es tan exclusivo, cualquiera puede obtener un titulo de patrón de yate y adquirir un barco y mantenerlo está más alcance de todos de lo que lo estaba hace casi cincuenta años.
Pero voy al grano. La Comunidad de Usuarios. En los años sesenta al no haber tanta demanda de amarres, las viviendas se vendieron deprisa y corriendo y el proyecto, pese haberse acabado no rindió tan bien como se esperaba. Cada uno hizo de su capa un sayo y nadie se preocupó de las zonas comunitarias, más bien se preocuparon de procurar más espacio para sus embarcaciones, haciendo retranqueos en los canales hacia dentro de sus jardines, creando una especie de plaza de amarraje privado. De tal manera que el proyecto inicial se vió atacado por la avaricia de los propietarios de las parcelas que convirtieron la estructura limpia y ordenada inicial en una especie de queso Gruyere.
¿De quien es el mar? ¿De quien son los ríos? ¿Y los lagos? Eso nos pertenece a todos, no podemos poseerlo a título privado. Sin embargo hay gente que no lo entiende así y cree que por el simple hecho de tener un acceso al mar desde su parcela, pueden ser propietarios de una parcela de mar. Formas de ver las cosas totalmente diferentes. Hace poco salí con la bici por Collserola y siguiendo un camino me di cuenta que había llegado a una casa, pero que el camino continuaba. El caballero me dijo que eso era propiedad privada y que tenía que salir de allí. Salí, no quería problemas, pero hay algo que se llama servitud de paso. Algunos viven todavía en la época de los visigodos o pero todavía.
Así que mi nuevo trabajo consiste en esto. Explicar a la gente que estamos en 2007 y que han pasado unos cuantos años en los que el concepto de la propiedad privada ha cambiado totalmente.
Tarea que no va a ser fácil y que además requerirá mucho de mi tiempo. Sin embargo es un reto importante. Voy aguantar todo lo que pueda. Me da lástima abandonar Barcelona, voy a tener que trasladarme por la zona, Figueres lo más seguro, aunque todavía no he mirado nada.
Hace dos semanas que he aterrizado aquí y me parece que haya pasado más de un mes. El ritmo es trepidante y la filosofía empresarial de mi actual jefe no tiene nada que ver con la de mi antiguo jefe en Marina Port Vell.
Hace casi tres años, en septiembre de 2004, cuando empecé a trabajar en Marina Port Vell, no me imaginaba que podría acabar aquí, siempre me había atraído semejante obra de ingeniería. Sin embargo me acuerdo un fin de semana con Nerea, Itziar y Karlos en Castelló d'Empuries en el que nos perdimos por la noche con el coche y estábamos por las calles de Empuriabrava buscando como llegar a casa de Karlos. El destino me ha conducido aquí. ¿Que pasará dentro de otros tres años? ¿Alguien se atreve a hacer una apuesta?
Pase lo que pase seguro que habré aprendido bastantes lecciones.

martes, 5 de junio de 2007

Ascensión frustrada a Rocacorba

Para el día 7 de julio de 2007, un día antes de mi cumple, he decidido empezar mi carrera hacia el Iron Man o al menos para un mísero triatlón.

A sabiendas que dichas proezas no llueven del cielo y que no voy a doparme cual Bjarnes Riis o Marco Pantani de turno, he decidido marcarme una serie de hitos, tanto en bici como natación y carreras de fondo.


Nunca he corrido carreras oficiales de ciclismo y la carrera del 7 de julio próximo es la primera. La organiza el Club Ciclista de Banyoles. Consta de dos recorridos posibles. Yo he decidido inscribirme en el más largo, 146 kilómetros.


Así que ayer decidí coger mi bici y explorar el terreno. Salí desde el Estany de Banyoles, para calentar. Di una vuelta por el carril bici que rodea la totalidad del lago. Una vez rodeado decidí empezar la ruta. La carrera se hace enteramente por carretera, pero opté por desviarme del recorrido oficial y visitar el cráter del volcán de Santa Margarida, paraje ya conocido de pequeño, aunque tenía un recuerdo muy vago.


Oficialmente no se puede ir con bicicleta dentro del parque pero siendo lunes no había ni el Tato vigilando y por supuesto ya me encargaría yo de hacerme el sueco ante un guarda forestal. No he necesitado excusas baratas. En cualquier caso la fuerza de la gravedad impide en muchos de los tramos del volcán andar en bicicleta. La rueda de detrás patina mientras subes. La bajada es otra cosa.


Después de comer en el cráter he iniciado el descenso hacia Olot y después he continuado a Castellfollit de la Roca. Me he tomado otro respiro y he contemplado la vista antes de regresar a Banyoles.


He evitado la ascensión al Alt de Segueró para ahorrar esfuerzos y ser alcanzado por el tormentón que se oía venir desde Oix, una vez en Banyoles (ya muy cascado) he empezado a ascender el Rocacorba, ascensión que parece ser orgullo de los amantes al ciclismo locales.

Encaraba la ascensión a eso de las cuatro y media de la tarde, son unos 15 kilómetros aproximadamente con tramos de fuerte pendiente. La carretera estaba vacía y sólo se oía la tormenta que llegaba inexorable. He cambiado a plato de 22 y he comenzado a jugar con los piñones medios y pequeños. Ya estoy bastante cascao como para tirar con el plato de 32. Desde luego, puedo irme olvidando de utilizar la bici de carretera para hacer esta carrera. Eso si, le tendré que poner cubiertas lisas por que al final te cansas de oír el zumbido de las cubiertas de tacos.

Sigamos la ascensión a Rocacorba. Los tres primeros kilómetros son de broma, pim pam, con la calma. Pero a partir del cuarto la cosa se pone seria y después (no se exactamente cuando) se pone muy feo.

Durante tres kilómetros, el desnivel medio es del 10%. Con 100 km a tus espaldas y siendo un amateur como yo, no te queda más remedio que poner platito de 22 y la corona. A todo esto, la lluvia llegó. Un tío con bici de carrera me pasa enciscao con un plato de 42 sin despeinarse, lo pierdo de vista en pocos segundos, menudo animal.

La lluvia me empieza a empapar y se me acaba el agua. Paro, doy el último trago, respiro hondo varias veces y espero a que el corazón baje de pulsaciones, debo de estar a 160 pulsaciones por minuto y totalmente destrozado, todavía quedan 2,80 kilómetros que pueden suponer una hora más, imposible, me puede dar algo. Rocacorba 1 - Pablo 0.

Me abrigo y bajo mientras llueve a mala leche. Dejo la lluvia a mis espaldas y me da tiempo de llegar al Estany justo a tiempo para sentarme en una terraza con toldo, óptimo para resguardarme de la lluvia, que ahora si que ha llegado a Banyoles. Estoy solo en la terraza. Supongo que normalmente está llena de jubilados franceses tomando Ricard o Pastis. Yo me pido una terrina de helado de turrón con nata, café con leche y copita de Porto, previa explicación al camarero lo que es un Porto. Antojos de aficionado al ciclismo. Vuelvo al coche y despés de varios cd's en el coche y tragarme un señor atasco, llego a casa donde me espera mi sofá. Ni me ducho de lo matao que estoy.