lunes, 28 de mayo de 2007

´Das kapital´ en el pub de Marx y Engels

He leido este artículo de hace ya unos días. Corrobora lo dicho en la entrada de "All way up to Essen".
HISTORIAS DEL MUNDO
El local que frecuentaban los padres del socialismo corre el riesgo de desaparecer, como muchos otros en Inglaterra
RAFAEL RAMOS - Manchester. Corresponsal - 27/04/2007

Nada como un par de buenas pintas de cerveza lager para elucubrar sobre la condición de la clase trabajadora británica...! Es lo que hacían de vez en cuando Marx y Engels en el Red Dragon de Salford, un pub del suburbio industrial de Manchester, cerca del estadio de Old Trafford, cuando pasaban un fin de semana juntos para arreglar los problemas del mundo y escenificar la victoria final del socialismo.

Pero los vientos capitalistas y globalizadores zarandean el viejo y proletario Red Dragon, ahora llamado The Crescent, que ha sido puesto a la venta por sus propietarios, ávidos de maximizar beneficios en un negocio donde los números significan mucho más que la historia y la cuenta de resultados prima sobre el encanto, la tradición y las amistades peligrosas de décadas regadas con conversación y alcohol.

El pub favorito de Marx y Engels seguramente encontrará dueño; al fin y al cabo, Salford ha ido a la rueda de Manchester en la carrera hacia el progreso y la modernidad, tiene un hotel de cinco estrellas en el muelle, teatros, lofts y apartamentos de lujo en el cascarón de las antiguas fábricas textiles de color rojo y olor a explotación. La pareja de escritores y filósofos se llevaría las manos a la cabeza de ver hasta qué punto das kapital ha ganado la batalla económica y social en el siglo medio transcurrido desde sus citas en el Red Dragon.

Más negro se presenta sin embargo el panorama para mil trescientos pubs amenazados de cierre en toda Inglaterra, víctimas de la competencia desleal de cadenas de supermercados que venden la cerveza, el whisky y la ginebra mucho más barata que los pubs. Y para los ingleses de clase trabajadora que viven con las libras contadas, ya sea en el paro o en empleos precarios típicos del siglo XXI, comprar la bebida en la tienda y bebérsela en los sofás de casa con la tele puesta resulta una tentación nada desdeñable, aunque tenga un punto de tristeza. Algo sobre lo que deberían meditar los pensadores del socialismo, si es que queda alguno...





Los pubs, símbolo de identidad del país y una de las más civilizadas instituciones británicas, se hallan en crisis. Hermosas fachadas victorianas, georgianas o estilo tudor recubiertas de planchas de madera y cartón hacen daño a la vista en el East End de Londres, en Liverpool, en Manchester y en ciudades de todo el país. Y la culpa no es sólo de los supermercados, sino de la competencia de wine bars y establecimientos de diseño, de los gustos más pijos desarrollados por los británicos de toda clase y condición (por utilizar el lenguaje de Marx y Engels), y por su consolidación en grandes cadenas que compran locales aquí y allá, les ponen a todos el mismo nombre y abaratan costes ofreciendo tan sólo un par de tipos de cerveza que consiguen a precio especial - la clientela de un pub de Lewes, East Sussex, decretó un boicot total cuando el pub de toda la vida eliminó el brebaje que se fabrica en el pueblo y lo reemplazó por cervezas de la marca Heineken, Carlsberg y Stella, que vienen de más lejos pero cuestan menos-.

Cincuenta y seis pubs cierran al mes en Inglaterra, el doble que hace tres años, y no sólo en los pueblos sino también cada vez más en las ciudades, donde el boom inmobiliario hace que resulte más rentable convertirlos en viviendas, como es el caso del Nell Gwynne, en los aledaños del Strand de Londres, el más antiguo de la capital y cuyos dueños tienen una oferta multimillonaria para convertir el edificio en prestigiosas oficinas.

Se dice que Engels, a mediados del siglo XIX, supervisaba por el día la industria textil de su padre en Salford, por la noche recorría los barrios pobres recopilando datos para su tratado sobre la condición de la clase trabajadora británica, y bebía en el Red Dragon cuando su amigo Karl venía de Londres a visitarlo. Pero como dice la tumba de Marx en el cementerio londinense de Highgate, "pensadores y filósofos se han dedicado a lo largo de la historia a pontificar sobre la manera de cambiar el mundo, pero lo importante es hacerlo". Y en Inglaterra hasta el nuevo laborismo rosa de Tony Blair ha aceptado la victoria definitiva del capital y del mercado. Cheers!, como dicen los ingleses al brindar.

2 comentarios:

javi duque dijo...

Hola man!!

me dí cuenta el otro día que te habías creado un blog... ya ves tú, y lo tienes desde el día después de que lo tuviese yo!! jeje la verdad es que desde que vine no he tenido muchos días para navegar tranquilamente por la red, y nunca me había puesto a mirar si los usuarios registrados teniais un blog o qué.

en fin... me he leido todas las entradas, y a partir de ahora seguiré todas las q vengan, espero que sean igual de cachondas. mola mucho el artículo sobre los pubs en england, si podemos, y no lo chapan, iremos al Red Dragon algún día a levantar el puño y la cerveza.
pasa buen finde y cuidate por ahi.

big hug!!

Anónimo dijo...

se sabe donde bebía cerveza o vodka Trosky. más besos