Cada maestrillo tiene su librillo
Llegamos a una pista que nos conduce, paralelamente a la carretera y las vías del tren al pueblo de Mérens-les-Vals. Allí descansamos un poco y preguntamos a la gente por el estado de las pistas hasta Ax-les-Termes, todos aquellos que nos responden ponen cara de "no sabéis donde os habéis metido" pero nos indican amablemente. Desde Mérens sale una pista que es de fácil tránsito hasta unos pocos kilómetros. A partir de quinto, más o menos, no queda más remedio que subir con la bicicleta a cuestas. Ya se está haciendo tarde y me entra el cague. Si queremos llegar antes que caiga la noche nos tenemos que poner las pilas, y el ritmo que llevamos me preocupa. Empiezo a trepar con mi bici y subo y bajo varias veces para ayudar a Marta con su bici. Al final llegamos a una pista que tampoco es muy transitable por la gran cantidad de nieve y hojas que hay.
No os penséis que este Hospitalet hace referencia a l'Hospitalet de Llobregat (2ª ciudad más grande de Cataluña), no, hago referencia a un pueblo francés fronterizo, cercano a Puigcerdà.
He quedado en Puigcerdà con Josep y Marta a las 11 de la mañana del 1 de noviembre. Yo he llegado tarde y ellos también. Pensaba que Puigcerdà estaba más a mano desde Figueres pero el tramo de Ribes de Freser hasta Puigcerdà, plagado de curvas no lo evitas. Además he estado a punto de quedarme sin gasofa.
La idea viene de Josep que se ha comprado una guia especial para bici de montaña y quiere estrenarla aprovechando el puente de Todos los Santos. Yo sólo puedo acompañarles hoy por que el viernes y el sábado curro como un campeón.
Una vez pasado el túnel de Puymorens, ya en Francia, dejamos los coches en la estación de tren de Hospitalet y comenzamos la andadura. Y digo andadura expresamente por que los tres primeros kilómetros (o más, no lo se exacto por que se me ha acabado la pila del contador) los hacemos arrastrando la bici entre barro, cagadas de vaca y piedras.
Llegamos a una pista que nos conduce, paralelamente a la carretera y las vías del tren al pueblo de Mérens-les-Vals. Allí descansamos un poco y preguntamos a la gente por el estado de las pistas hasta Ax-les-Termes, todos aquellos que nos responden ponen cara de "no sabéis donde os habéis metido" pero nos indican amablemente. Desde Mérens sale una pista que es de fácil tránsito hasta unos pocos kilómetros. A partir de quinto, más o menos, no queda más remedio que subir con la bicicleta a cuestas. Ya se está haciendo tarde y me entra el cague. Si queremos llegar antes que caiga la noche nos tenemos que poner las pilas, y el ritmo que llevamos me preocupa. Empiezo a trepar con mi bici y subo y bajo varias veces para ayudar a Marta con su bici. Al final llegamos a una pista que tampoco es muy transitable por la gran cantidad de nieve y hojas que hay.
Mientras empujo me voy acordando de unas palabras que me dijo mi tío Víctor, esta última Navidad, cuando nos encontramos en una situación similar de nieve: "Estás como una cabra!!". Tenemos que seguir empujando las bicicletas hasta que llegamos a un cruce de caminos, Uno sube, el otro sube y el tercero baja. A riesgo de equivocarnos, elegimos el que baja. No nos equivocamos y encontramos bajada hasta Ax-les-Termes. La bajada es heladora. El sol se ha puesto tras las montañas y a pesar del cielo azul da la sensación que ya es de noche.
Yo tengo los pies helados de haber andado tanto rato por la nieve y, sobretodo, del frío aire de la bajada. Los calcetines los tengo mojados.
Vamos directamente a la estación de trenes y preguntamos por el próximo tren. Nos queda un par de horas hasta que pase, así que bebemos unas biéres y comemos unas pizzas antes de tomar el tren camino a los coches. El tren es supermoderno y está muy bien climatizado, la lástima es que no vemos nada de paisaje por que ya es noche cerrada y da la sensación de estar en el metro de alguna ciudad solitaria.
En cuanto llegamos a los coches, Josep, Marta i yo prometemos colgar al tío cabrón que ha escrito la guía.
6 comentarios:
jajaja vaya tela neng, estais de la olla.
Creo que ni cobrando haría esa ruta. Tío, vaya historia, frío, cansancio, nieve... puff, ni de coña.
Saludos cauldfield, todo es ponerse. Al final la cerveza sabe mucho mejor.
en este post, las imagenes y las palabras no casan, en las fotos estas radiante y el paisaje es precioso vamos que parece que haya sido un día precioso de bici. ¡¡¡No va a ser este en el último lío bicicletero que te metes, que te conozco bacalao¡¡¡¡
Pues yo, el día uno, amanecí en Ezcaray con unas ganas terribles de bici y sin compañía de pedaladas. A las nueve menos cuarto, estábamos a un grado y un día radiante de sol. Cogí la máquina de fotos, el móvil por si acaso y sin saber hasta donde llegaría, subí a santa Bárbara y de allí al Hombre, haciendo frecuentes paradas para hacer fotos. En Ibaya, me comí unas pastillas de las de la OTAN caducadas, (que me dan la vida) y medio bidón de agua y "cap a igualada" seguí hacia Toto Cuervo. La pista está de piso como nunca, pero tiene sus tramos al 17% que siguen siendo durísimos. Enseguida comenzó a ponerse blanco el camino y a los 1.700m. de altura la nevada era preciosa. Seguí hasta Las Cenáticas" a 1.850m. y me volví por donde había venido, pues cada vez el piso estaba más helado y, recordando las Navidades pasadas contigo, no tenía ganas de riesgos yendo sólo. El sábado, con Manolo y Luis hicimos San Millán-Pazuengos-Uyarra-Ezcaray. Te mandaría fotos de la travesía, pero no sé como insertarlas en el comentario...
A ver si me subo con la bici por Ezcaray algún día, aunque me parece que lo voy atener que posponer hasta las próximas Navidades.
Lástima que en los comentarios es imposible añadir fotos.
Os aconsejo blog YA de vuestras andaduras más estrambóticas.
Un abrazo!!
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