jueves, 14 de febrero de 2008

Le Relais de Venice - L' entrecote



¿Os ha pasado alguna vez que tenéis delante de las narices a alguien o algo a quien ignorais por completo y al cabo de un tiempo os sorprende, ya sea gratamente o negativamente?

Seguro que si.

A mi bastantes veces, con lugares y personas sobretodo, sin ir más lejos el pasado martes.

Tuve el gusto de comer en un restaurante por el que había estado pasando casi a diario desde el primer día que empecé a vivir en la Vía Augusta. Los días que no tenía excesiva prisa o iba bien de tiempo bajaba por la calle de Pau Claris, más lenta que Balmes pero sin llegar a ser la marabunta de Balmes.

Dado que mi ruta diaria hacia el Port Vell por aquel entonces consistía en bajar a toda pastilla por Pau Claris habría pasado por delante de este restaurante como unas quinientas veces. Siempre me había llamado la atención su letrero rojo con letras doradas en el que reza "Le Relais de Venise - L'Entrecôte" en la acera Besós entre las calles de Aragón y Valencia.

Pero nunca le presté mucha atención, existen muchos otros negocios, tiendas y restaurantes o colegios rodeados de coches aparcados en doble fila que que atraen más la atención. Sobre todo era divertido bajar a toda pastilla con la bici adelantando y esquivando los coches a base de golpes de cintura y pasar a toda velocidad mostrando el dedo anular bien estirado a los papis que aparcaban en el carril izquierdo de la calle esperando a que los profesores de los colegios de la calle Caspe y Aragón abriesen sus puertas para que sus niñatos entrasen en clase.

A lo que voy, que me había fijado en ese restaurante, incluso un compañero de master, Rogelio, que trabaja cerca me lo recomendó y me aseguró que pasaría a formar parte de mis favoritos sin lugar a dudas.

Casi un año después de haber acabado el master y ocho meses después de haber devuelto las llaves del piso de Vía Augusta, el destino me llevó de improvisto a ese restaurante. En realidad ibamos a ir a otro lugar, que también tenía muy buena pinta "Xarcutería Valentín", en Diputación con Roger de Lluria, pero estaba a tope.

Así que entramos en "L'Entrecôte" y rápidamente nos sentaron en una mesa con manteles de papel grueso en el que las camareras (todas chicas y vestidas de negro con delantal blanco) anotaron el pedido. El menú es muy simple: un plato de lechuga con avellanas aliñada con una salsa vinagreta de mostaza de Dijon y de segundo no queda más remedio que pedir Entrecôte con patatas (que putada!!), eliges cómo te gusta la carne, y al cabo de un rato te sirven tu entrecôte muy finamente fileteado, pero guardando su forma original con una salsa muy buena que según dicen es secreto total.

El caso es que cuando te acabas la ración tienes la sensación de haber comido bien sin llenarte y justo cuando estás pensando eso te traen otra ración de entrecôte. Así que te sirven el entrecôte en dos tandas, siempre con patas fritas muy ricas, de esas que primero las cuecen y cuando ya están bien cocidas les dan una buena fritada a fuego vivo para que queden crujientes por fuera y sabrosas por dentro.

La salsa, insisto, es deliciosa, me recuerda a la de tía Marisi cuando hace su lomo a la sal, pero no es la misma, creo que tanto a ella como a mi tío Víctor y a cualquier friqui de la cocina le entusiasmaría desvelar la receta "secreta" que con tanto celo guardan los fundadores del restaurante que tiene sus origenes en París a finales de los 60. Más tarde se abrió el de Barcelona y otro en la ciudad de Londres.

Para acabar te traen una pequeña carta con varios postres. Todos con una pinta excelente. Al final se impusieron los cafés, otro día, con más tiempo no perdonaré, lo prometo.

Para acabar, la decoración es bastante original, todos los murales son escenas carnavalescas de Venecia. El precio es correcto, 25€ por barba.

Si alguien sabe con qué ingredientes se prepara la salsa que lo comparta con el resto de la humanidad.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qu'est ce que je peux dire sur ton blog? Que tu es un grand gourmet.Mais je sais bien que tu as d'autres très bonnes qualités que je ne veux énumeres içi parce qu'on va bien vois que je suis presque ta grandd-mère. Bons baissers efpp

pjdfp dijo...

Jeje!! Si, c'est meilleur comme ça. Bons baissers!!

javi duque dijo...

entre cotes anda el juego.

espero q cuando vaya para allí me lleves a mover le bigot, mon ami.

chau!!

Anónimo dijo...

Hay unba forma curiosa de hacer las patatas fritas que son las "patatas soufle".
Se cortan en láminas muy finas y e fríen en aceite a 90º. Cuando ya han ablandado pero sin feírse, se vuelven a llevar a aceite a 180º y entonces, curiosamente, se hinchan. Son un acompañamiento perfecto por lo vistoso para un entrecote.

Anónimo dijo...

No me queda otro remedio que deciros que tengo el cogelador lleno de: Fraaaaaaaaaannnkfuuuuuuuts, que los he traido del mismisimo y que hacía un frío que pelaba y un sol esplendoroso que brillaba entre los grandes bancos-rascacielos llenos de pasta a punta pala que hay en la ciudad. El que venga a Madrid los probará. Besos mm

Unknown dijo...

He dado con tu blog de casualidad, queriendo recordar el restaurante L'entrecote de Paris donde cenaba una vez por semana cuando vivía alli.
Ahora vivo en Palma de Mallorca y suelo ir a Barcelona, me gustaria saber donde se encuentra exactamente este restaurante en Barna.


Merci

Anónimo dijo...

Soy una fan(ática)de este restaurante. Me alegra saber que en Barcelona hay uno. Conozco muy bien el que hay en Montpellier. De postre, os aconsejo pedir los profiteroles (al menos los de Montpellier están de muerte), puesto que son abundantes y están rellenos de helado de vainilla y bañados con chocolate caliente y almendras. Caprice des dieux!