Merecido descanso en Sant Martí de Montnegre
Me despierto por mi propio pié a las 7:30 de un domingo. ¿Esto significa que ya me estoy haciendo viejo?
Ayer, sábado, hice esfuerzos para aguantar despierto todo el partido del Levante Barça que acabó con un 1-4 bastante rotundo. Vuelvo a preguntarme lo mismo ¿me hago mayor?
Bueno, me dejo de cuestiones que supongo que se podrán interpretar de mil formas y dependerán de varios factores en los que no quiero profundizar ahora.
El caso es que el domingo me desperté muy temprano y en vez de volver a la cama (cosa que habría hecho en otra ocasión) me desperezo y corro hacia la televisión para ver que tal le va a Fernando Alonso en la tierra del sol naciente. Allí llueve a cantaros y Alonso ocupa el décimo lugar. Mientras me preparo el desayuno compuesto de galletas, zumos, leche y chocolate Alonso sufre una excursión de la pista impactando contra uno de los muros de protección, quedando su monoplaza totalmente inutilizado. La carrera deja tener interés y me preparo para salir de casa. He quedado en Santa Susana con Carlos Muniesa, excompañero de MBA.
Ya en el coche, en vez de coger la autopista de peaje 7, cojo la N-II. La N-II es un claro ejemplo de historia en estado puro. Esta carretera nace en la misma Puera del Sol de Madrid y acaba en la frontera con Francia después de recorrer casi 8oo kilómetros. No conozco la N-II en su totalidad, pero desde luego no tiene nada que ver el tramo que recorre desde Madrid hasta Alfajarín con el tramo que va desde Barcelona a La Jonquera.
No obstante la carretera a su paso entre Figueres y Girona está pintado con señales amarillas (obras) en gran parte. Es curioso ver cómo a finales de 2007 estamos todavía con una carretera de un solo carril por sentido en casi 80 kilómetros.
A pesar de ser todavía muy temprano, las 8:00 de la mañana, la única alternativa razonable que me lleva hasta Santa Susana (la N-II) resulta ser desesperante tanto por los guiris mañaneros que circulan con sus caravanas a 60 u 80 por hora, como por las obras de ensanche. Así que tardo más de una hora en llegar a mi destino.
Santa Susana suena a paraíso californiano. Sol, playa, palmeras descapotables conducidos por rubias en bikini, casas blancas de estilo colonial. Sólo el sol y la playa coinciden con mi idea previa del lugar.
La excusa que me ha llevado a quedar a esa hora es una ruta en bicicleta por parte del Montnegre.
Después de dar una mínima vuelta en el coche por el pueblo, llego a la plaza central en la que aparco el coche. Mi razonamiento urbanita me dice que encontrarme con Carlos en esta plaza que he encontrado casi al azar es imposible. Sin embargo, justo cuando estoy preparado para llamar por teléfono, Carlos aparece en la plaza con su coche. Una llamadita que me ahorro.
La jornada ciclista comienza después de la puesta a punto de la bici de Carlos, bici que es del siglo pasado pero que mantiene concienzudamente a la perfección. De hecho, la mía, con solo un año chirria más.
Paisaje del MontnegreAyer, sábado, hice esfuerzos para aguantar despierto todo el partido del Levante Barça que acabó con un 1-4 bastante rotundo. Vuelvo a preguntarme lo mismo ¿me hago mayor?
Bueno, me dejo de cuestiones que supongo que se podrán interpretar de mil formas y dependerán de varios factores en los que no quiero profundizar ahora.
El caso es que el domingo me desperté muy temprano y en vez de volver a la cama (cosa que habría hecho en otra ocasión) me desperezo y corro hacia la televisión para ver que tal le va a Fernando Alonso en la tierra del sol naciente. Allí llueve a cantaros y Alonso ocupa el décimo lugar. Mientras me preparo el desayuno compuesto de galletas, zumos, leche y chocolate Alonso sufre una excursión de la pista impactando contra uno de los muros de protección, quedando su monoplaza totalmente inutilizado. La carrera deja tener interés y me preparo para salir de casa. He quedado en Santa Susana con Carlos Muniesa, excompañero de MBA.
Ya en el coche, en vez de coger la autopista de peaje 7, cojo la N-II. La N-II es un claro ejemplo de historia en estado puro. Esta carretera nace en la misma Puera del Sol de Madrid y acaba en la frontera con Francia después de recorrer casi 8oo kilómetros. No conozco la N-II en su totalidad, pero desde luego no tiene nada que ver el tramo que recorre desde Madrid hasta Alfajarín con el tramo que va desde Barcelona a La Jonquera.
No obstante la carretera a su paso entre Figueres y Girona está pintado con señales amarillas (obras) en gran parte. Es curioso ver cómo a finales de 2007 estamos todavía con una carretera de un solo carril por sentido en casi 80 kilómetros.
A pesar de ser todavía muy temprano, las 8:00 de la mañana, la única alternativa razonable que me lleva hasta Santa Susana (la N-II) resulta ser desesperante tanto por los guiris mañaneros que circulan con sus caravanas a 60 u 80 por hora, como por las obras de ensanche. Así que tardo más de una hora en llegar a mi destino.
Santa Susana suena a paraíso californiano. Sol, playa, palmeras descapotables conducidos por rubias en bikini, casas blancas de estilo colonial. Sólo el sol y la playa coinciden con mi idea previa del lugar.
La excusa que me ha llevado a quedar a esa hora es una ruta en bicicleta por parte del Montnegre.
Después de dar una mínima vuelta en el coche por el pueblo, llego a la plaza central en la que aparco el coche. Mi razonamiento urbanita me dice que encontrarme con Carlos en esta plaza que he encontrado casi al azar es imposible. Sin embargo, justo cuando estoy preparado para llamar por teléfono, Carlos aparece en la plaza con su coche. Una llamadita que me ahorro.
La jornada ciclista comienza después de la puesta a punto de la bici de Carlos, bici que es del siglo pasado pero que mantiene concienzudamente a la perfección. De hecho, la mía, con solo un año chirria más.
El paísaje del Montnegre en su vertiente sur está lleno de altos árboles cubiertos de plantas parásitas que trepan a las copas dando un aspecto totalmente selvático. Por su vertiente obaga, tanto colores, como olores y temperatura cambian radicalmente.
Después de mucho preguntar y casi perdernos, llegamos a Sant Martí de Montnegre atraídos por una señal en la que aparece un tenedor y un cuchillo. Sant Martí de Montnegre es una parada y fonda en toda regla. Manteles de hule, llescas de pan con tomate, escalivada, butifarra con seques y allioli. Después del frugal festival, nos desplazamos a la terracita con vistas en la que nos tomamos un café: Carlos aprovecha para enseñarme sus fotos del viaje que ha hecho este verano por toda la cornisa cantábrica. En pocos minutos recorremos tres mil kilómetros virtualmente a través de la pequeña pantalla de la cámara digital, desde los pirineos aragoneses hasta Asturias pasando por Pamplona, Donosti, Bilbao, Laredo, Santander, Gijón… Buen viaje, por un momento me olvido que estamos en medio de una ruta en bici y que tenemos que volver a los coches antes que se haga demasiado tarde.
La vuelta es más fácil, las piernas nos van solas y noto como ambos dos vamos más ligeros que antes, además ahora estamos bajando, aunque todavía da para toparnos con algunos buenos muros que nos ponen a prueba.
Al final hemos hecho unos 50 y pico kilómetros. Nos merecemos unas cervezas. Propongo alargar la ruta hasta la playa. Allí encontramos un chiriguito que se llama Chiri (creatividad a tope!!) que si que concuerda más con la idea previa que tenía de Santa Susana. Playa, sol, cerveza fría, yates a toda vela.
Ya hemos hecho los deberes, sólo queda volver a casa.
El Chiri de Santa Susana
2 comentarios:
Ya veo que sigues dándole a la bici (y a la cerveza). Me alegro que tengas esa afición y ser un poco culpable de ello. Ya tengo ganas (y toda la panda de Ezcaray) de hacer un fin de semana juntos. Manolo se ha comprado una bici nueva, una TREK supercoja y la estrenó este fin de semana. El sábado hicimos una ruta, junto a las antenas, por la estación de Ojacastro, que empezó bien pero que acabó como casi siempre, metiéndonos en unos líos buenos. Tuvimos una verdadera pared (el GPS marcaba el 31%) que no pudimos superar, lógicamente, salvo andando y mal. Y luego nos tuvimos que meter por unos zarzales muy incómodos. Pero llegamos bien a la hora del aperitivo y también nos tomamos unas cañas, piparras y bacalao en el Satorre.
El domingo, nos acordamos de ti porque subimos el Angel (ahora no tiene nieve) y el cordal de la dehesa de Valgañón. Por cierto la han dejado fenomenal de piso y es otra cosa, aunque así nos picamos aún más y siempre acabamos rotos.
Animo,boronín!
que pasa neng!!
ya he vuelto de cuba y me he puesto al loro de todas tus aventuras.
bristol links volverá a la carga pronto!!
take care!
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